martes, 13 de febrero de 2007

Declaración Pública

Nuevamente hemos sido defraudados por el gobierno. La promesa de un sistema de transporte público moderno a partir del 10 de febrero, no se cumplió.

Hemos visto durante estos días el caos en el gran Santiago. Las antiguas micros no pasan, las nuevas tampoco lo hacen, mas sólo recibimos explicaciones que no resuelven en nada el problema que tenemos los usuarios del transporte público.

Las serias deficiencias demostradas por las autoridades y empresas del rubro respecto del transporte en la Región Metropolitana, sumado a la falta de participación y opinión de los millones de usuarios, motivan el descontento y rechazo a su actual implementación.

La idea de incorporar una red de transporte público que supere el actual desorden; entregue mayor seguridad, tanto a usuarios como a trabajadores del gremio; reduzca los altos niveles de contaminación en la capital; así como los tiempos de traslado gracias a vehículos de calidad; y que den confort a los pasajeros, no puede sino ser compartida por todos los habitantes de Santiago. Lamentablemente Transantiago, en pocas horas, ha demostrado no ser la fórmula que resuelva dichas problemáticas.

En su reciente inicio, las faltas evidenciadas demuestran la irresponsabilidad del gobierno, en particular del ministerio de transportes y telecomunicaciones, por cuanto no están dadas las condiciones objetivas y materiales para su implementación con la urgencia decretada. La tozuda medida ha acarreado importantes atrasos en los recorridos; ha implicado, además, desazón en la población producto de lo incompleto del sistema.

Por otra parte, la implementación ha provocado la cesantía de muchos trabajadores del transporte, entre los que contamos a conductores, vendedores ambulantes, artistas populares, etc. Junto con lo anterior, se ha sembrado la angustia de la inestabilidad laboral, los bajos salarios obligan a los trabajadores a buscar nuevos empleos, lo que va mermando significativamente la calidad de vida de los capitalinos.

No caben dudas respecto de la necesidad de un nuevo sistema público de transporte, eficiente, moderno, confortable, no contaminante y de bajo costo para los usuarios, sin embargo, tampoco caben dudas sobre las ineficiencias del denominado plan maestro Transantiago.

Demandamos del gobierno, se revise a fondo, las mallas de recorridos en los sectores populares, particularmente en las comunas de Quilicura, Lo Espejo, Huechuraba, Pudahuel, Peñalolén, entre otras. Dicha revisión debe realizarse en conjunto con las organizaciones sociales de cada comuna.

Exigimos la ampliación de los horarios de funcionamiento del Metro, especialmente durante el día sábado, lo que supone mayor incorporar más funcionarios contratados por Metro de Santiago. Así mismo, es urgente la proyección de nuevas líneas que logren cubrir la capital.

Solicitamos la incorporación de más buses a los recorridos, toda vez que queda en evidencia la falta de los mismos.

Es importante que la población se organice en “Comités de Usuarios del Transporte” y desde allí levante sus demandas e imponga sus justos reclamos. La población debe recuperar el derecho a ser consultado respecto de transformaciones tan radicales como necesarias, tal cual lo es un nuevo sistema regional de transporte público, por lo que la organización y la lucha son los caminos inminentes a recorrer.

Comité de Usuarios Trasnsantiago

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena iniciativa, tenemos que puro organizarnos

Enchulen más el blog como consejo.

Cuentan con todo mi apoyo
Sé que no sere el único

Anónimo dijo...

hola me llamo hector...
Falta un Afiche a modo de imagen
institucional, que todos a traves de la grafica, identifiquen al comite de usuarios.

cuando es la primera movilizacion
en la calle ¿

Anónimo dijo...

a moverse el viernes, escuché en la radio que habrá marcha desde ahumada con alameda el viernes, a las 18:30 hrs... de allá somos.
por un transantiago digno!

Anónimo dijo...

SANTIAGO, 11:30 Hrs. Febrero 14.- Una nueva agrupación, denominada Usuarios por el Transantiago, llegó hasta las oficinas del Servicio Nacional del Consumidor, para presentar la primera denuncia contra el nuevo sistema de transporte público.
Sergio Sepúlveda, coordinador de usuarios, el sindicato de cantantes de micro, el sindicato de vendedores ambulantes y dirigentes sociales aseguraron que la mala calidad del servicio los obligó a presentar este reclamo, ya que, aseguran, están ante un caso de publicidad engañosa y de promesas incumplidas.
“Dejar claro que aquí hay una violación flagrante de varios puntos de la ley del consumidor. Básicamente tiene que ver con publicidad engañosa porque se nos prometió durante largos meses, con importantes rostros del país un servicio que no se está cumpliendo", dijo Sepúlveda a radio Cooperativa.
Agregó que "lo segundo, es manifestar la discriminación que está llevando a efecto este Transantiago a propósito de la oferta a personas minusválidas que no se esta cumpliendo. Aquellos que tenemos la suerte de caminar ya nos cuesta y más les va a costar a aquellos que tienen problemas”.
El dirigente hizo un llamado a realizar una marcha para este viernes, manifestación en la que invita a participar a todos los usuarios.
La cita es a las 18:00 horas en Ahumada con Alameda.
CÓMO DENUNCIAR
Para realizar denuncias contra la mala calidad del servicio prestado por el Transnatiago, las asociaciones de consumidores, como el mismo ministerio recomiendan que, en caso de querer presentar una queja, hay un conducto regular que seguir, pasa por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) y termina en la justicia.
Cualquier persona que estima que el servicio no es el adecuado o tiene reclamos que realizar, puedes ir al Sernac, o realizar incluso demandas colectivas. Los reclamos en su mayoría pasan al Sernac y al juzgado de policía local”, explicaron.

“Se podría ir directamente al tribunal con una denuncia, pero generalmente la gente lo hace por intermedio del Sernac, porque ellos manejan todos estos formularios de denuncia. Si procediera a una demanda civil, esta debe realizarse en el juzgado de policía local del domicilio, donde se cometió la infracción a la ley.
Tomando en cuenta lo que está ocurriendo por estos días en comunas como Quilicura, donde varios cientos de personas se han visto perjudicadas por los problemas de frecuencia, protagonizando los hechos más caóticos de los últimos días, hay un tipo de demanda colectiva que se puede realizar y detalla los pasos a seguir.
“El mínimo que pide la ley para hacer una denuncia colectiva, en este caso, son 50 personas, 50 afectados por la misma empresa, por el mismo motivo. Es recomendable asesorarse directamente, aunque La ley señala, que los que pueden demandar colectivamente son las asociaciones de consumidores, el Sernac y 50 afectados por lo menos. El municipio podría hacer también una denuncia y demanda civil si así lo quieren”.
El proceso para esta instancia es presentar la demanda ante un tribunal civil, ya no policía local, y el tribunal ve la admisibilidad primero de ésta. "Lo primero es sólo una denuncia, que puede conseguir que se multe a la empresa. Ahora si uno quiere una indemnización por los perjuicios que te causaron, tiene que hacer la denuncia y una demanda y tampoco necesitan un abogado, aunque es recomendable”.
Las Juntas de Vecinos, y demás organizaciones sociales, afectadas debieran seguir este camino,
Crear comites de usuarios, por sectores descriminados, por comunas.
Cualquier consulta al COMITÉ DE USUARIOS METROPOLITANOS
PAGINA WEB
www.usuariostransantiago.blogspot.com
CORREO ELECTRONICO
usuariostransantiago@gmail.com

Anónimo dijo...

¿TRANSANTIAGO: SERVICIO PUBLICO O NEGOCIO?

Y llegamos al 10 de Febrero. Partió el publicitado Plan Transantiago, con “todos sus componentes”, los que de acuerdo a Germán Correa -uno de los “pioneros” del sistema cuando era Ministro de Transporte-, consisten en una nueva malla de recorridos troncales y alimentadores, un nuevo sistema de cobro con la tarjeta Bip, nuevas vías exclusivas para buses -se ve una que otra-, nuevas estaciones de transferencia y paraderos.

Partió muy mal el Transantiago, sus efectos han sido calamitosos: los santiaguinos esperando desde la madrugada en los paraderos sin que pasaran los ansiados buses (en palabras de los funcionarios del gobierno y del sistema, hay “problemas de frecuencia”), con el Metro congestionado, la mayoría de los santiaguinos confundidos y sin información, los “validadores” sin funcionar, con zonas de la capital huérfanas de “troncales” y “alimentadores”, con tiempos de viaje aumentados significativamente.

Tan bullado ha sido el fracaso del inicio del sistema que entre gobierno y empresas decidieron que hubiera algunos días de funcionamiento gratis para ganar tiempo.

El gobierno ha llamado a que no seamos los “criticones de siempre” sino “inspectores ciudadanos” para detectar insuficiencias y colaborar en su solución. Sin embargo, las “deficiencias detectadas” no se arreglan sino que han ido empeorando, como quedó en evidencia ayer al anochecer en diversos puntos de la capital en los que centenares de santiaguinos, después de esperar durante horas, ya desesperados, protestaron y en algunos casos se tomaron buses y cambiaron sus recorridos para poder llegar a sus casas.

Por cierto, estas legítimas expresiones de protesta son bien diferentes del jueguito “opositor” de la derecha, que a fin de cuentas solo critica aspectos superficiales, pues la concepción de “negocio” que sobre este y otros servicios públicos ellos tienen los identifica plenamente con la idea central del Transantiago, que fue impulsado y propagandeado por el gobierno concertacionista de Lagos y puesto en marcha por el actual gobierno.

El criterio tecnocrático y empresarial que prima en las autoridades de gobierno es tal que les impide entender factores que conspiran contra la rapidez y frecuencia de los buses. Por ejemplo, el hecho de que hoy los choferes de buses ya no salen desde sus casas a los recorridos sino que deben atravesar distancias grandes antes de llegar a los lugares de inicio de los recorridos. O que el diseño del espacio de los nuevos buses, la mayoría para gente de pie, no contempla para nada a las personas de edad. Se ha escuchado decir también a los funcionarios de gobierno que en vez de aumentar los trenes del Metro para disminuir la congestión se baraja elevar la tarifa para desincentivar su uso. El propio Ministro Espejo señaló muy explícitamente el criterio del gobierno: “no esperamos que el Metro movilice más gente”.

Contradicción entre la esencia pública del transporte y el carácter de negocio del Transantiago. La irracionalidad del sistema de transporte público en Santiago se genera en la concepción de negocio y en el predominio del afán de lucro de los privados que esta aquí presente, que en vez de disminuir se ha exacerbado pues el Transantiago ha producido una concentración de la propiedad de las empresas de buses, incorporando incluso a empresas transnacionales. Se desvirtúa de esta manera por completo el carácter de servicio público que debiera brindar a los santiaguinos el sistema de transporte.

Nos encontramos por tanto con que la necesidad objetiva de producir un cambio radical del colapsado sistema de transporte imperante hasta hoy, que descansa casi exclusivamente en los recorridos de buses y en el uso del automóvil y que ha conducido a niveles ya intolerables de congestión vehicular, contaminación y despilfarro de tiempo, desemboca en esta frustración.

Lo que aquí importa discutir por tanto es la filosofía que está detrás de esta “reforma” al sistema de transporte. Personeros de la Concertación han señalado claramente que la puesta en marcha y funcionamiento del Transantiago fue transferido a privados y que “el gobierno no maneja micros. Si hay buena o mala información del público, si hay buen o mal funcionamiento de las tarjetas Bip, tiene que ver con la AFT (Administración Financiera del Transantiago, compuesta por un consorcio de bancos) y con las empresas privadas. El gobierno solo tiene que fiscalizar que estos privados cumplan con lo que prometen”.

Aunque ni siquiera esta pobrísima y muy neoliberal concepción del papel del Estado en el desenvolvimiento de los servicios públicos es aplicada en el Transantiago, lo de fondo es que elevar la calidad del transporte público, así como debiera suceder en la salud, educación, vivienda, etc., exige importantes inversiones sociales de parte del Estado y no solo un rol “fiscalizador”. Hacer descansar en los privados el sistema tendrá como resultado lógico que el transporte sea solo un negocio, desvirtuando lo público.

Las autoridades de gobierno no pueden pretender que se financie por completo con los usuarios un servicio como este, mucho menos que genere utilidades. Una premisa esencial, que la propaganda neoliberal reiterada durante tantos años intentó destruir por completo, es que el Estado debe ser propietario a través de su aparato central o de gobiernos regionales o comunales, o por lo menos debe subsidiar en parte y jugar un papel regulador efectivo en beneficio de los usuarios. Esta es la condición para que realmente podamos hablar de servicio público.

Falsificación de la historia. Los neoliberales de la derecha y de la Concertación, para propagandear el Transantiago, no han titubeado en falsificar y omitir interesadamente la historia.

La argumentación oficial viene a ser la siguiente. Antes de 1980, el Estado regulaba las tarifas, los trazados y las frecuencias del sistema de transporte urbano. Posteriormente, entre 1980 y 1990, se mejoró la frecuencia de los buses y su cobertura. Pero el aumento del parque de buses, con la consiguiente congestión, contaminación de la ciudad y aumento de los tiempos de los viajes, hizo necesario instaurar un “nuevo modelo”, tal es el Plan Transantiago.

Al respecto habría que puntualizar lo siguiente.

1) Es una falacia identificar el sistema de transporte urbano existente antes de 1980 solo con los buses y las empresas privadas. En los años 60 todavía existía una Empresa de Transportes Colectivos del Estado, que disponía de buses, trolebuses y tranvías, además de un sistema ferroviario interurbano –como parte de un sistema ferroviario nacional, también de propiedad del Estado.

Durante la dictadura, producto de la imposición de estrechos intereses, muy ligados a la familia Pinochet, se desmanteló la Empresa de Ferrocarriles del Estado, seguramente como premio a los dueños de camiones que colaboraron al golpe de estado. Al mismo tiempo se terminó de liquidar tranvías, trolebuses y trenes interurbanos. Desgraciadamente, hasta el día de hoy persiste un sistema unilateral, que se ha visto solo parcialmente mejorado con el Metro.

Pero si se analiza los sistemas de transporte urbano de las grandes urbes, se descubrirá que generalizadamente están conformados por una combinación de metro, tranvías, buses y trenes. En Europa, el transporte más eficiente en el continente es el tren, también es así en Estados Unidos y muchos otros países. Los tranvías y el metro son la forma más rápida de viajar por Varsovia. En Tokio existen muchísimas líneas de metro y tren.

2) También es una falacia decir que se quiere aumentar la capacidad de transporte del sistema (número de personas que se pueden transportar por hora) y no la capacidad vial (número de vehículos que pueden circular por hora), pues durante estos años una de las mayores inversiones del gobierno ha sido en las modernas autopistas como la Costanera Norte, entregadas posteriormente a concesión a empresas privadas.

3) Para reafirmar el Transantiago, se recurre a los ejemplos exitosos de Curitiba y Bogotá en cuanto a sistemas de transporte. Pero en ninguno de esos lugares tenemos el nivel de contaminación por anhídrido carbónico que tenemos en Santiago, dado el hecho que existe un hoyo rodeado de montañas que impide el aireamiento de la atmósfera. En una ciudad como ésta es obvio que un sistema verdaderamente moderno debiera tender a disminuir el transporte vehicular y de buses para poner un énfasis especial en el metro, trenes interurbanos, bicicletas, tranvías.

Nuestra propuesta. Arribar a un sistema con una red interconectada de posibilidades sería una alternativa realmente más expedita y beneficiosa para la calidad de vida de los santiaguinos, y eso requiere una adecuada inversión del Estado. Un sistema de transporte moderno, de calidad, barato y no contaminante, exige que sea el Estado quien juegue un rol principal, sin desentenderse entregando la responsabilidad a los privados. Esto por una razón muy sencilla: las empresas privadas tienen como su interés principal el lucro, generar ganancia, y no entregar un servicio de calidad a la ciudadanía.

Quien sí está en condiciones de comprometerse en ello es el Estado, y ello puede ser a través de la tuición directa del aparato central del Estado o bien entregando esta responsabilidad a los municipios o gobiernos regionales, como ocurre en una cantidad de grandes urbes en el mundo. Es imperativo también para ello que haya un plan de desarrollo de la Empresa de Ferrocarriles del Estado de tal manera de cubrir nuevamente todo el país con este medio masivo de transporte de pasajeros y de carga. Proponemos usar la tarificación vial como un instrumento disuasivo contra el uso del automóvil, reinvirtiendo lo recaudado en desarrollo del transporte público, masificar el uso de bicicletas mediante la construcción de ciclo vías que formen parte de una red urbana interconectada de transporte, expandir el sistema de transporte por metro y ferrocarril suburbano, invirtiendo urgentemente en ello, fomentar la propiedad publica en el transporte para evitar las irracionalidades derivadas de la lógica del lucro.

Medidas inmediatas. Por lo pronto, se hace necesario implementar las siguientes medidas inmediatas:

1) aumentar las vías segregadas o exclusivas para la locomoción colectiva,

2) aumentar los trenes y carros del Metro,

3) elevar los salarios de los choferes de buses,

4) primero que nada, revisar el trazado actual del Transantiago de conjunto con las organizaciones sociales, sindicatos, organizaciones estudiantiles, pensionados, juntas de vecinos y otras organizaciones comunitarias. Al poner en marcha de esta manera el Transantiago se atropelló una vez más a la ciudadanía al no consultar, ni directa ni indirectamente, a los usuarios del sistema. Debe cambiarse de raíz el criterio impositivo y autoritario seguido hasta ahora por parte de las autoridades, para consultar realmente a la gente. En este sentido aquellos alcaldes que siguieron este criterio de imponer y decidir por la comunidad, debieran ser interpelados por la gente.

5) un asunto de sentido común que no se ha resuelto todavía es el alargue del horario nocturno para que realmente el Metro pueda ser usado como uno de los eslabones del Plan Transantiago.

6) la concentración de propiedad que ha significado el Transantiago dejará a los santiaguinos expuestos a que cuando las grandes empresas, que están hoy controlando el sistema, estimen que es necesario encarecer las tarifas, lo harán sin mayores contemplaciones. El gobierno debe garantizar que no habrá alza de tarifas, proponemos que se establezca un sistema de tarjeta mensual o por un periodo mayor, similar a la que existe en Paris y otras ciudades.

Lo que se impone es que los santiaguinos se organicen en Comités de usuarios en todas las comunas, para exigir el cumplimiento de estas legítimas demandas a través de la movilización en las calles, que es la única manera, cuando las autoridades persisten en criterios impositivos y autoritarios, de incidir y hacer escuchar la voz del pueblo.





ES REALMENTE PUBLICO EL TRANSANTIAGO?

Y llegamos al 10 de Febrero. Partió el publicitado Plan Transantiago, con “todos sus componentes”, los que de acuerdo a Germán Correa -uno de los “pioneros” del sistema cuando era Ministro de Transporte-, consisten en una nueva malla de recorridos troncales y alimentadores, un nuevo sistema de cobro con la tarjeta Bip, nuevas vías exclusivas para buses -se ve una que otra-, nuevas estaciones de transferencia y paraderos.

Partió muy mal el Transantiago, sus efectos han sido calamitosos: los santiaguinos esperando desde la madrugada en los paraderos sin que pasaran los ansiados buses (en palabras de los funcionarios del gobierno y del sistema, hay “problemas de frecuencia”), con el Metro congestionado, la mayoría de los santiaguinos confundidos y sin información, los “validadores” sin funcionar, con zonas de la capital huérfanas de “troncales” y “alimentadores”, con tiempos de viaje aumentados significativamente.

Tan bullado ha sido el fracaso del inicio del sistema que entre gobierno y empresas decidieron que hubiera algunos días de funcionamiento gratis para ganar tiempo.

El gobierno ha llamado a que no seamos los “criticones de siempre” sino “inspectores ciudadanos” para detectar insuficiencias y colaborar en su solución. Sin embargo, las “deficiencias detectadas” no se arreglan sino que han ido empeorando, como quedó en evidencia ayer al anochecer en diversos puntos de la capital en los que centenares de santiaguinos, después de esperar durante horas, ya desesperados, protestaron y en algunos casos se tomaron buses y cambiaron sus recorridos para poder llegar a sus casas.

Por cierto, estas legítimas expresiones de protesta son bien diferentes del jueguito “opositor” de la derecha, que a fin de cuentas solo critica aspectos superficiales, pues la concepción de “negocio” que sobre este y otros servicios públicos ellos tienen los identifica plenamente con la idea central del Transantiago, que fue impulsado y propagandeado por el gobierno concertacionista de Lagos y puesto en marcha por el actual gobierno.

El criterio tecnocrático y empresarial que prima en las autoridades de gobierno es tal que les impide entender factores que conspiran contra la rapidez y frecuencia de los buses. Por ejemplo, el hecho de que hoy los choferes de buses ya no salen desde sus casas a los recorridos sino que deben atravesar distancias grandes antes de llegar a los lugares de inicio de los recorridos. O que el diseño del espacio de los nuevos buses, la mayoría para gente de pie, no contempla para nada a las personas de edad. Se ha escuchado decir también a los funcionarios de gobierno que en vez de aumentar los trenes del Metro para disminuir la congestión se baraja elevar la tarifa para desincentivar su uso. El propio Ministro Espejo señaló muy explícitamente el criterio del gobierno: “no esperamos que el Metro movilice más gente”.

Contradicción entre la esencia pública del transporte y el carácter de negocio del Transantiago. La irracionalidad del sistema de transporte público en Santiago se genera en la concepción de negocio y en el predominio del afán de lucro de los privados que esta aquí presente, que en vez de disminuir se ha exacerbado pues el Transantiago ha producido una concentración de la propiedad de las empresas de buses, incorporando incluso a empresas transnacionales. Se desvirtúa de esta manera por completo el carácter de servicio público que debiera brindar a los santiaguinos el sistema de transporte.

Nos encontramos por tanto con que la necesidad objetiva de producir un cambio radical del colapsado sistema de transporte imperante hasta hoy, que descansa casi exclusivamente en los recorridos de buses y en el uso del automóvil y que ha conducido a niveles ya intolerables de congestión vehicular, contaminación y despilfarro de tiempo, desemboca en esta frustración.

Lo que aquí importa discutir por tanto es la filosofía que está detrás de esta “reforma” al sistema de transporte. Personeros de la Concertación han señalado claramente que la puesta en marcha y funcionamiento del Transantiago fue transferido a privados y que “el gobierno no maneja micros. Si hay buena o mala información del público, si hay buen o mal funcionamiento de las tarjetas Bip, tiene que ver con la AFT (Administración Financiera del Transantiago, compuesta por un consorcio de bancos) y con las empresas privadas. El gobierno solo tiene que fiscalizar que estos privados cumplan con lo que prometen”.

Aunque ni siquiera esta pobrísima y muy neoliberal concepción del papel del Estado en el desenvolvimiento de los servicios públicos es aplicada en el Transantiago, lo de fondo es que elevar la calidad del transporte público, así como debiera suceder en la salud, educación, vivienda, etc., exige importantes inversiones sociales de parte del Estado y no solo un rol “fiscalizador”. Hacer descansar en los privados el sistema tendrá como resultado lógico que el transporte sea solo un negocio, desvirtuando lo público.

Las autoridades de gobierno no pueden pretender que se financie por completo con los usuarios un servicio como este, mucho menos que genere utilidades. Una premisa esencial, que la propaganda neoliberal reiterada durante tantos años intentó destruir por completo, es que el Estado debe ser propietario a través de su aparato central o de gobiernos regionales o comunales, o por lo menos debe subsidiar en parte y jugar un papel regulador efectivo en beneficio de los usuarios. Esta es la condición para que realmente podamos hablar de servicio público.

Falsificación de la historia. Los neoliberales de la derecha y de la Concertación, para propagandear el Transantiago, no han titubeado en falsificar y omitir interesadamente la historia.

La argumentación oficial viene a ser la siguiente. Antes de 1980, el Estado regulaba las tarifas, los trazados y las frecuencias del sistema de transporte urbano. Posteriormente, entre 1980 y 1990, se mejoró la frecuencia de los buses y su cobertura. Pero el aumento del parque de buses, con la consiguiente congestión, contaminación de la ciudad y aumento de los tiempos de los viajes, hizo necesario instaurar un “nuevo modelo”, tal es el Plan Transantiago.

Al respecto habría que puntualizar lo siguiente.

1) Es una falacia identificar el sistema de transporte urbano existente antes de 1980 solo con los buses y las empresas privadas. En los años 60 todavía existía una Empresa de Transportes Colectivos del Estado, que disponía de buses, trolebuses y tranvías, además de un sistema ferroviario interurbano –como parte de un sistema ferroviario nacional, también de propiedad del Estado.

Durante la dictadura, producto de la imposición de estrechos intereses, muy ligados a la familia Pinochet, se desmanteló la Empresa de Ferrocarriles del Estado, seguramente como premio a los dueños de camiones que colaboraron al golpe de estado. Al mismo tiempo se terminó de liquidar tranvías, trolebuses y trenes interurbanos. Desgraciadamente, hasta el día de hoy persiste un sistema unilateral, que se ha visto solo parcialmente mejorado con el Metro.

Pero si se analiza los sistemas de transporte urbano de las grandes urbes, se descubrirá que generalizadamente están conformados por una combinación de metro, tranvías, buses y trenes. En Europa, el transporte más eficiente en el continente es el tren, también es así en Estados Unidos y muchos otros países. Los tranvías y el metro son la forma más rápida de viajar por Varsovia. En Tokio existen muchísimas líneas de metro y tren.

2) También es una falacia decir que se quiere aumentar la capacidad de transporte del sistema (número de personas que se pueden transportar por hora) y no la capacidad vial (número de vehículos que pueden circular por hora), pues durante estos años una de las mayores inversiones del gobierno ha sido en las modernas autopistas como la Costanera Norte, entregadas posteriormente a concesión a empresas privadas.

3) Para reafirmar el Transantiago, se recurre a los ejemplos exitosos de Curitiba y Bogotá en cuanto a sistemas de transporte. Pero en ninguno de esos lugares tenemos el nivel de contaminación por anhídrido carbónico que tenemos en Santiago, dado el hecho que existe un hoyo rodeado de montañas que impide el aireamiento de la atmósfera. En una ciudad como ésta es obvio que un sistema verdaderamente moderno debiera tender a disminuir el transporte vehicular y de buses para poner un énfasis especial en el metro, trenes interurbanos, bicicletas, tranvías.

Nuestra propuesta. Arribar a un sistema con una red interconectada de posibilidades sería una alternativa realmente más expedita y beneficiosa para la calidad de vida de los santiaguinos, y eso requiere una adecuada inversión del Estado. Un sistema de transporte moderno, de calidad, barato y no contaminante, exige que sea el Estado quien juegue un rol principal, sin desentenderse entregando la responsabilidad a los privados. Esto por una razón muy sencilla: las empresas privadas tienen como su interés principal el lucro, generar ganancia, y no entregar un servicio de calidad a la ciudadanía.

Quien sí está en condiciones de comprometerse en ello es el Estado, y ello puede ser a través de la tuición directa del aparato central del Estado o bien entregando esta responsabilidad a los municipios o gobiernos regionales, como ocurre en una cantidad de grandes urbes en el mundo. Es imperativo también para ello que haya un plan de desarrollo de la Empresa de Ferrocarriles del Estado de tal manera de cubrir nuevamente todo el país con este medio masivo de transporte de pasajeros y de carga. Proponemos usar la tarificación vial como un instrumento disuasivo contra el uso del automóvil, reinvirtiendo lo recaudado en desarrollo del transporte público, masificar el uso de bicicletas mediante la construcción de ciclo vías que formen parte de una red urbana interconectada de transporte, expandir el sistema de transporte por metro y ferrocarril suburbano, invirtiendo urgentemente en ello, fomentar la propiedad publica en el transporte para evitar las irracionalidades derivadas de la lógica del lucro.

Medidas inmediatas. Por lo pronto, se hace necesario implementar las siguientes medidas inmediatas:

1) aumentar las vías segregadas o exclusivas para la locomoción colectiva,

2) aumentar los trenes y carros del Metro,

3) elevar los salarios de los choferes de buses,

4) primero que nada, revisar el trazado actual del Transantiago de conjunto con las organizaciones sociales, sindicatos, organizaciones estudiantiles, pensionados, juntas de vecinos y otras organizaciones comunitarias. Al poner en marcha de esta manera el Transantiago se atropelló una vez más a la ciudadanía al no consultar, ni directa ni indirectamente, a los usuarios del sistema. Debe cambiarse de raíz el criterio impositivo y autoritario seguido hasta ahora por parte de las autoridades, para consultar realmente a la gente. En este sentido aquellos alcaldes que siguieron este criterio de imponer y decidir por la comunidad, debieran ser interpelados por la gente.

5) un asunto de sentido común que no se ha resuelto todavía es el alargue del horario nocturno para que realmente el Metro pueda ser usado como uno de los eslabones del Plan Transantiago.

6) la concentración de propiedad que ha significado el Transantiago dejará a los santiaguinos expuestos a que cuando las grandes empresas, que están hoy controlando el sistema, estimen que es necesario encarecer las tarifas, lo harán sin mayores contemplaciones. El gobierno debe garantizar que no habrá alza de tarifas, proponemos que se establezca un sistema de tarjeta mensual o por un periodo mayor, similar a la que existe en Paris y otras ciudades.

Lo que se impone es que los santiaguinos se organicen en Comités de usuarios en todas las comunas, para exigir el cumplimiento de estas legítimas demandas a través de la movilización en las calles, que es la única manera, cuando las autoridades persisten en criterios impositivos y autoritarios, de incidir y hacer escuchar la voz del pueblo.

Anónimo dijo...

La polémica sobre atrasos, aglomeraciones y otros disgustos de los pasajeros del nuevo sistema de transporte urbano Transantiago saltaron hoy, sexto día de funcionamiento, de las calles capitalinas al plano político nacional.

Nadie esperaba que la aplicación de un nuevo plan de transporte capitalino, para modernizar la ciudad, reducir la contaminación y garantizar la comodidad de los usuarios, se tornara en tema de debate político este verano.

Pero así ha sido y todo indica que en marzo, cuando terminen las vacaciones, la polémica crezca.

En esa fecha retornarán miles de santiaguinos a sus labores habituales y los escolares volverán a sus centros de estudio, convirtiendo las demandas de hoy más masivas y exigentes.

Más allá de las críticas puntuales a los recorridos, los atrasos, las aglomeraciones y, en general, la confusión reinante en los cinco primeros días de operaciones, surgieron en las últimas horas cuestionamientos de fondo.

Estos alcanzan al actual gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, así como al anterior de Ricardo Lagos.
Ante las deficiencias y los ajustes de los primeros días, junto a críticas y disgustos de los usuarios, los voceros del gobierno insistieron en que el plan mejora cada día.

El ministro del Interior, Belisario Velasco, incluso dijo que "estamos haciendo una revolución en materia de transporte. Queremos terminar la congestión, la inseguridad del tránsito y la contaminación y, para ello, hay que hacer una transformación completa".

Tras comentar que la situación, descrita por los medios en ciertos momentos como "caótica", se ha normalizado en buena parte, reconoció que "aún queda por mejorar".

Entre las medidas de ajuste, se anunció que, a partir del temido primero de marzo, el tren subterráneo "Metro", que enlaza con la red de miles de ómnibus, ampliará sus horarios para facilitar la circulación de la población.

LAS CRITICAS

Las críticas políticas vienen del centro, de la izquierda y de la derecha.

Para el diputado Carlos Olivares, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), de la coalición de gobierno, la responsabilidad es de la administración Lagos, pues esto fue mal planificado.

"No se escuchó a la gente, no se hizo con el debido diálogo, no se tomó en cuenta al Congreso y muchos parlamentarios tampoco se preocuparon del tema", aseguró.

"Ellos no escucharon a nadie. las mallas de recorridos las diseñaron personas en un escritorio, trabajando con algunos señores que fueron a terreno, pero que no usaban micros (ómnibus)", dijo.

Sobre el gobierno de Bachelet, planteó: "este Gobierno recibió este plan absolutamente en marcha, con los contratos firmados, las licitaciones ya hechas; por lo tanto, no le quedaba otra cosa que tratar de salir adelante lo mejor posible".

Olivares concluyó que "muchos se dejaron llevar por esta fiebre neoliberal de muchos que estaban ahí planificando y llevando adelante el Transantiago".

Angel Bozán, dirigente de otra agrupación de la gobernante Concertación, el Partido Por la Democracia (PPD), llamó a la población a estar "alerta ante un eventual boicot" al sistema Transantiago y dijo que el gobierno debe aplicar "todo el rigor de la ley" ante estos casos.

Por su parte, el partido Izquierda Cristiana (IC) sostuvo que el problema de fondo es que el nuevo sistema "profundiza la segregación urbana" y coincidió en que el gobierno "está sufriendo las consecuencias de un aprovechamiento político" del gobierno anterior.

La IC llamó a "buscar las responsabilidades técnicas y políticas de los problemas que hoy tienen en entredicho al trasporte colectivo, para que la ciudadanía pueda emitir su veredicto".

Planteo, asimismo, la necesidad de "avanzar hacia un transporte público de control o propiedad estatal, recuperando el sentido de servicio".

Dirigentes del Partido Comunista de Chile (PC) solidarizaron con las protestas de santiaguinos ante problemas del nuevo servicio y, junto al recién creado Comité de Usuarios del Transantiago, apoyaron su derecho a "reaccionar legítimamente" ante atropellos y abusos.

Oscar Azócar, de la Comisión Política del PC, rechazó anuncios oficiales de querellas contra quienes participen en "tomas de microbuses producidas espontáneamente por parte de indignados pasajeros" que esperaban horas una locomoción para sus hogares.

Azócar coincidió con la IC en el sentido de destacar el rol del Estado "porque se trata -dijo- de un servicio público que no puede entregarse totalmente a manos privadas interesadas sólo en el lucro".

César Quiroz, del Comité de Usuarios, exhortó a los santiaguinos a organizarse en sus barrios y participar en una manifestación mañana (viernes) para exigir la remodelación de la malla de recorridos.

En la derecha, el diputado Nicolás Monckeberg, de Renovación Nacional (RN), anunció que en marzo la Comisión de Transporte de la Cámara Baja hará una reunión con el ministro de Transporte, Sergio Espejo, para que responda por la puesta en marcha del Transantiago.

El diputado Iván Moreira, de la Unión Democrática Independiente (UDI), llegó a exigirle al destacado ex futbolista Iván Zamorano devolver los 300 millones de pesos (medio millón de dólares) que recibió por convertirse en el rostro publicitario de Transantiago.

Anónimo dijo...

A mi el neuvo sistema transantiago ha funcionado bastante bien y tener una ciudad mas tranquila, seguro y ordenado es un encanto. Creo que tienen que calificar sus quejas en vez de decir que todo es horrible, lo cual seguramente deja muy satisfechos a los viejos mafiosos de las micros amarillas.

Unknown dijo...

bueno he leido todo antes de opinar y me doy cuenta que ahi gente que le encanta caminar en la mañana y en la noche para llegar a su destino ho sinplemente tienen auto y plata para pagar tag peaje y todo, bueno yo no lo tengo y tanpoco quiero caminar como minimo 7 cuadras en la mañana menos en la tarde que vengo agotada de tanto trabajar.asi que si el grupo de usuarios transantiago me necesita solo avicenme ahi estare prefiero alos viejos mafiosos de las maquinas amarillas que estos nuevos ladrones pintados de gente y los 90 minutos que me dan para hacer la conbinacion creo que ni aun que fuera mago lograria hacerlo asi que como vamos tendre que pagar por lo menos las 3 veces que debo hacer conbinacion asi que atrabajar solo para pagar transantiago.
mil gracias ladrones del pueblo obrero perdon me equiboque mil gracias autoridades de mi gran pais
maria cristina

Unknown dijo...

Un caos esto tenemos ke movilizarnos ya esta bueno ke nos sigan pasando a llevar!!!!!

Mitia Gagarin dijo...

hola repito la idea que tengo sobre como mejorar este plan de transporte: implementar un buen circuito de ciclovías en toda la ciudad y autorizar explícitamente la ciruclación de bicicletas por el borde izquierdo de todas las veredas. no es tan complicado, no serequieren necesariamente hacer ciclovias dedoble pista y señalizadas en todas partes; quizás sólo en las zonas más concurridas. pueden haber rutas de acercamiento a estas ciclovías dobles simplemente pintando una linea gruesa amarilla y dejando al menos unos 50 cms. en el borde izquierdo de las veredas para circular. cre oque debido a la sobrecarga de demanda y el mal manejo de flota, los que podemos y queremos andar en bicicleta por nuestra ciudad y así dejar nuestros cupos en el transporte público a personas de la tercera edad, niños, enbarazadas y a todos aquellos que no pueden por distintas razones andar en bicicleta, es unas opción y un derecho que el gobierno debe respetar y velar.
han obviando la participación ciudadana en el diseño, en la implementación y en la evlaución de este proyecto... es hora que las autoridades hagan algo bien y dejen que la ciudadania alce su voz para imlpemenar medidas de mejoramiento que promuevan un empoderamiento de este plan transantiago...es decir, que sea nuestro y no un negocio para que un puñado de incompetentes se haga rico....o tristemente famosos.
basta de abuso y de arrogancia...
clamo al gobierno que elegí con mi preciado voto que me deje participar..en algo¡¡¡¡
saludos y fuerza a todos y todas en su larga y agotadora espera por una micro que los lleve a casa¡¡¡
alejandra cuevas antinao
biólogo marino
magister en gestión y planificación ambiental (c)
ñuñoa

mauro dijo...

Hola:
Extraña esta modernizacion del transporte cuyo slogan era "levántate más temprano" y que hoy nos tiene esperando casi la hora para tomar micro, cuando ésta llega pelearse a codazos la subida, ir después como sardina y un toque de queda a partir de las 9 y media de la noche, porque ya no hay micros, y que a todo esto el ministro diga que son "problemas de sintonía fina" y que después de 90 días se rectificará las fallas ¡Qué eficiencia! Y los huevones seguiremos esperando micro....
Alguien me contó que un viejo recién llegado de la pega a las ¡3 de la madrugada! (y eso que sale a las 10) vio al ministro de transporte y meo la tele.
Así que hay que puro armar una grande y luego, porque por dignidad humana (o de pueblo, si alguien quiere llamarle así) no podemos aceptar esta nueva patada que nos están dando con el transporte público, y de paso llenándose los bolsillos (fíjense en el directorio de alsacia y verán puros amigos de ricardo lagos. En fin, los invito además a ver www,transportedigno.blogspot.com porque le he seguido la pista a este negocio y hay harto que contar.
salud mucha, libertad toda!!!!!